Si el sarampión es causado por un virus y sólo se tiene una sola vez en la vida, ¿por qué todos los años podemos tener gripe?

Anticuerpo asociado a la Hemaglutinina (HA) la impide de asociarse al ácido siálico de la célula.

Anticuerpo asociado a la Hemaglutinina (HA) la impide de asociarse al ácido siálico de la célula.

ResearchBlogging.org

Cuando tenemos gripe, en pocos días el cuerpo parece librarse del virus. Raramente los síntomas llegan a durar dos semanas y, un período mayor acostumbra indicar complicaciones causadas por otros microorganismos. Este período corto de la gripe se debe a nuestra respuesta inmune.

Según el virus se replica en el cuerpo de las personas infectadas, el sistema inmune captura varios pedazos de proteínas virales, los llamados antígenos, y produce anticuerpos contra ellas. Hay también otros tipos de repuesta inmune, pero no causan inmunidad de largo plazo, de manera que no viene al caso. Los dos mayores objetivos virales de los anticuerpos son la Hemaglutinina y la Neuraminidasa, ya que son las proteínas más expuestas del virus. Cuando los anticuerpos se asocian a ellas, además de señalizar a los macrófagos y otros tipos de células de defensa que aquel cuerpo extraño (el virus) tiene que ser atacado, aún pueden impedir el funcionamiento del virus. Un anticuerpo que ataque la región de reconocimiento del receptor de la Hemaglutinina impide que ella se asocie a las células. Son los llamados anticuerpos neutralizantes.

Gracias a esta respuesta inmune, en algunos días aquella Influenza no puede más infectarnos. Pero, ¿cómo el virus vuelve a reincidir?

Como vimos anteriormente, al replicar su genoma, la polimerasa de la Influenza provoca una serie de mutaciones. Estas mutaciones cambian la composición de las proteínas virales. Cuando son cambiados los aminoácidos – componentes de las proteínas – de la región en que el anticuerpo se asocia, o antígeno, él puede perder la afinidad. Así, a la medida que el virus infecta nuevos hospederos, se acumulan pequeños cambios que al final habrán cambiado sus antígenos. Este proceso es llamado de variación antigénica gradual o antigenic drift.

Muchas veces estos cambios no necesitan ser bruscos para hacer efecto. Cambios en locales importantes para el reconocimiento por el anticuerpo de apenas un aminoácido pueden ser suficientes. Esto fue propuesto por uno de los trabajos más importantes sobre la inmunología de la Influenza ya hechos, que cambió la forma como estudiamos el virus.

mapa_antigenico

Mapa antigénico de la Hemaglutinina del H3N2 muestreado desde 1968 (año en el cual afecto a los humanos) al 2003. El color de los círculos define el grupo al cual aquella muestra está relacionada. Cada unidad de distancia entre ellos representa la disminución de la respuesta inmune al virus en relación a los anticuerpos producidos contra el anterior. Así, cuanto más distante un virus A está del B, menor el reconocimiento de él por los anticuerpos contra B.

Utilizando una idea propuesta en 2001, al contrario de observar apenas la diferencia genética entre las muestras del H3N2 causador de la gripe humana de años diferentes, los autores resolvieron tomar en cuenta la respuesta inmune contra ellos. Con esto, son construidos mapas que apuntan lo cuan bien el sistema inmune reconoce aquel virus. La proteína utilizada en el estudio fue la Hemaglutinina (HA), pues es contra ella que los anticuerpos más eficientes son producidos, motivo por la cual ella es usada en la vacuna anual.

Al contrario de un continuo cambio, el mapa mostró que los virus son propensos a aglutinarse en grupos. Cambios en la secuencia muchas veces extensas pueden no representar una diferencia en el reconocimiento por los anticuerpos. Al paso que, en algunas ocasiones, cambios pequeños en HA son suficientes para una gran distancia antigénica. Es decir, con pocas mutaciones algunas Hemaglutininas pueden ser bien menos reconocidas por los anticuerpos.

Distancia genética, en A y B, y antigénica, en C, de los aislados de H3N2. Algunas cepas, aunque sean próximas genéticamente, como SI87 y BE89 en A y B, que tienen apenas un aminoácido diferente, pueden no ser antigénicamente próximas, mostrado en C. Esto indica que los anticuerpos producidos contra el H3N2 en 1987 no eran eficientes contra el virus de 1989.

Distancia genética, en A y B, y antigénica, en C, de los aislados de H3N2. Algunas cepas, aunque sean próximas genéticamente, como SI87 y BE89 en A y B, que tienen apenas un aminoácido diferente, pueden no ser antigénicamente próximas, mostrado en C. Esto indica que los anticuerpos producidos contra el H3N2 en 1987 no eran eficientes contra el virus de 1989.

También es posible ver el cambio de respuesta inmune en relación al ciclo anual. Los grupos permanecen dominantes en un promedio de 3 años, y el virus que está en este grupo acostumbra aparecer cerca de 2 años antes y circular por más 2 años después de la dominancia del grupo.

Con base en estos resultados, las vacunas anuales pasaron a ser pensadas de otra forma. Actualmente, la observación de la respuesta inmune al virus de la vacuna estacional y al virus circulante, además de la diferencia genética entre ellos, es un factor importantísimo en el proceso de producción. Los grupos de investigación que siguen la Influenza y determinan las cepas que harán parte de la vacuna necesitan estar especialmente atentos a esto, pues el cambio de un grupo antigénico de la Hemaglutinina de un virus después que él ya esté siendo cultivado en huevos puede significar en una falla en la inmunización a la población.

Fuente:
Smith, D. (2004). Mapping the Antigenic and Genetic Evolution of Influenza Virus Science, 305 (5682), 371-376 DOI: 10.1126/science.1097211